Mucho más que un rostro
Aunque,
en un principio, se le quiso etiquetar como un “guapo” de Hollywood, gracias a
su enorme talento como actor, Robert Redford no tardó en demostrar que podía
interpretar todo tipo de personajes y nunca estuvo encasillado como les ocurrió
a otros actores de su generación. Redford surge en un momento en que Hollywood
estaba cambiando y se convierte en una figura clave en este movimiento. Aunque era un papel muy pequeñito, su interpretación en “La Jauría Humana” fue decisiva para que la industria comenzara a mostrar interés en
él, todo lo que vino después es historia del cine…
Años
después, también iniciaría su carrera como director de cine en la cual también demostró
un enorme talento y, aunque lógicamente es por estas dos facetas por las que
más se le recordará, creo no exagero en absoluto al decir que hoy estamos
despidiendo a una de las figuras más importantes en la historia del cine.
Con
el dinero que recibió por su papel en “Dos Hombres Y Un Destino” compró un enorme
terreno en Utah al que bautizó como Sundance, llamado así por el personaje que
Redford interpreta en la película: The Sundance Kid. Allí mismo, años más tarde
fundó el festival de cine Sundance, dedicado al cine independiente y de autor
que, aunque tuvo unos inicios muy humildes, con los años acabó convirtiéndose
en uno de los más importantes a nivel mundial. Luego crearía la productora
Sundance, el instituto de cine, salas de proyección e incluso un canal de
televisión, todos ellos dedicados a temáticas que no solemos encontrar en el
cine más comercial. En las últimas cinco décadas, son muchísimos los cineastas que
tuvieron su primera oportunidad gracias a la labor de Robert Redford.
Un festival que también fue pionero en la promoción de cine con temática LGTBI, causa con la que siempre estuvo muy comprometido. Aunque parezca algo muy actual y moderno con decenas de festivales y ciclos dedicados a esto, no lo es en absoluto.


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