1961 One Hundred And One Dalmatians (101 Dálmatas) Clyde Geronimi, Hamilton Luske & Wolfgang Reitherman

A causa del elevadísimo costo de producción de “La Bella Durmiente” y su posterior fracaso en taquilla, la productora Disney contrae una enorme deuda que llevan a Walt Disney a plantearse cerrar definitivamente sus estudios de animación. La perfección y el cuidadísimo estilo que los animadores habían conseguido en las últimas décadas, encarecieron mucho el proceso de animación, y las películas no eran lo suficientemente rentables como para afrontar esos gastos.

Ub Iwerks (mítico animador que llevaba trabajando con Walt Disney desde incluso antes de fundar la empresa, encargado de dar vida a personajes como Oswald o Mickey Mouse en sus inicios) ya había experimentado anteriormente con la técnica de la xerografía, la cual permite copiar directamente los dibujos a lápiz de los animadores a la película, eliminando el proceso de copia y entintado de dibujantes intermediarios. Iwerks le propone a Disney pulir más esta técnica para poder ahorrar tiempo y presupuesto. En un principio, Disney se niega pensando que la calidad del dibujo disminuirá considerablemente, pero se anima al descubrir que el presupuesto final se reduciría a la mitad.

Y aunque Walt no se equivocaba, lo cierto es que este nuevo estilo marcó un antes y un después en el mundo de la animación. Aunque a primera vista pueda parecer más tosca y no tan cuidada (casi podemos ver los trazos a lápiz de los animadores), el hecho de eliminar procesos intermediarios consigue que el proceso de dar vida a los personajes sea mucho más cercano a la idea original de sus creadores. Todos ellos quedaron encantados con este nuevo preceso, que también influenció mucho en el diseño de los personajes humanos, alejándolos del realismo que Disney había buscado hasta entonces.

Sólo por lo mencionado hasta aquí, “101 Dálmatas”, la primera película animada mediante el proceso Xerox, es una de las más importantes en la historia del cine. Pero sería muy injusto valorarla sólo por eso. Se trata de una de las películas más entretenidas y originales de toda la filmografía de los estudios, y con uno de los mejores villanos: la gran Cruella de Vil, quien se lleva gran parte del protagonismo.

La autora de su novela, Dodie Smith, reconoció años después que la escribió pensando que tal vez algún día sería una película Disney. Walt le encargó la adaptación al dibujante Bill Peet, siendo la primera vez que una sola persona escribía el guion para una de sus películas. Peet, quien escribió el guion a mano por no saber utilizar la máquina de escribir, respetó bastante la historia original, con pequeños cambios como eliminar al marido de Cruella de Vil, o la escena de la boda doble entre los perros y sus dueños: en la novela, la pareja de dálmatas repite los votos de sus dueños en una iglesia, en la película, se eliminaron los diálogos y las referencias católicas con el fin de evitar polémicas religiosas.

Una de las mejores películas Disney, cuya gran acogida salvó a los estudios de la bancarrota.

En 1996, se estrenó un remake de imagen real con Glenn Close interpretando a Cruella de Vil, la cual tuvo su secuela en el año 2000. En 1997 se estrenó una serie de televisión, en 2003, una secuela de la película original y, en 2019, una nueva serie televisiva.

Finalmente, el pasado mayo de este 2021, Disney + estrenaba “Cruella”, una precuela centrada en la juventud de la villana y protagonizada por Emma Stone. Gracias a su éxito, se anunció una secuela de “Cruella” en la que se contarían dos historias al estilo de “El Padrino II”, y en la que Glenn Close retomaría el personaje junto a Stone.


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