2014 Gone Girl (Perdida) David Fincher

 

Si algo tiene el cine de David Fincher es que sus películas no dejan indiferentes a nadie y provocan muchos debates sobre sus tramas y significados. Pero, en mi opinión, aunque sus tramas puedan parecer muy complicadas, no lo son realmente, su cine sorprende, pero nos es complicado de comprender, convirtiendo en muy comercial y accesible historias que, contadas por otro director, seguramente no lo serían tanto. Al decir esto, tengo en mente películas como “The Game”, “El Club De La Lucha” o “El Curioso Caso De Benjamin Button”. Pero también “Gone Girl” es un magnífico ejemplo de esto.

La película se puede dividir perfectamente en dos partes: una primera centrada en la desaparición de una mujer y en la cual, al más puro estilo del Hitchcock de “La Sombra De Una Duda”, sospechamos por igual de la culpabilidad y de la inocencia de su marido. Una pareja interpretada por una magnífica Rosamund Pike, nominada pero injustamente no ganadora del Óscar, y un sosainas Ben Affleck, en un papel tan plano como siempre, aunque tal vez, esto ayuda a ser imparcial con el personaje. En la segunda parte, comenzamos a comprender qué ha ocurrido realmente en una espeluznante historia que, por supuesto, no voy a contar aquí.

Tras llegar a sus manos la novela en la que se basa la película, la actriz Reese Witherspoon consigue los derechos de su adaptación al cine y se muestra interesada en interpretarla, pero finalmente abandona la idea, limitándose a figurar como productora.

En general, la película fue todo un éxito por parte de la crítica y el público siendo, hasta el momento, la más taquillera de toda la filmografía de Fincher. El personaje interpretado por Pike levantó algunas polémicas y protestas por parte de algunas asociaciones feministas, ya que demuestra que, en ocasiones, la justicia no es imparcial y simpatiza más con las mujeres, especialmente con lo relacionado a las custodias o a confesiones de maltrato sin ninguna prueba, algo de lo que se aprovecha su personaje para conseguir su propósito. Una realidad que muchos se niegan a ver en la hipócrita sociedad en la que vivimos, donde exigir derechos no siempre es exigir igualdad.

Una muy inquietante película no apta para todos los estómagos.


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