1984 The Terminator (Terminator) James Cameron
James Cameron contaba que, estando en Italia promocionando su primera
película “Piraña II”, se enfermó con algo que comió y tuvo pesadillas con
hombres metálicos armados que le atacaban. Esa imagen fue la que le inspiró a crear
el diseño del esqueleto robótico de “Terminator”, realizado a partir de sus
propios dibujos. Pero lo que Cameron no contó, hasta años después, fue la más
que evidente influencia que tuvieron en la trama dos episodios de la serie de
los ’60 “The Outer Limits”, ambos escirtos por Harlan Ellison.
Varios actores se plantearon para interpretar al despiadado robot asesino,
entre ellos Lance Henriksen, Michael Biehn (ambos interpretaron otros papeles
en la película) o Sylvester Stallone (sobre esto se bromea en la película de
1993 “El Último Gran Héroe”), hasta que surgió el nombre de Arnold
Schwarzenegger, el aún no muy conocido fisioculturista austriaco metido a
actor. Supongo que la bastante limitada aptitud de Arnold como actor fue la que
convenció a Cameron para interpretar al inexpresivo robot del futuro. Pero
justo cuando el rodaje estaba a punto de comenzar, Schwarzenegger recibe la
oferta de interpretar a “Conan El Bárbaro” y
Cameron decide retrasarlo. Ambas películas se convirtieron en un enorme éxito
que catapultaron la carrera de Arnold como actor.
“Terminator” se convirtió en una gran influencia en el cine que vendría
después, combinando a la perfección el cine de acción con el de la ciencia
ficción basada en viajes en el tiempo y futuros apocalípticos. Gran parte de
esto se debe, sin duda alguna, al trabajo del gran Stan Wiston, encargado de
los efectos visuales y de maquillaje, y de animar al esqueleto robótico. Un
esqueleto que él mismo movía con un control remoto, excepto en las escenas en
las que se le ve de cuerpo entero, donde fue animado mediante stop-motion. Unos
muy innovadores efectos, lo cual tiene mucho más mérito si tenemos en cuenta
que el presupuesto de la película fue algo limitado.
Tras ver “Terminator”, Harlan Ellison demandó a la productora por plagio, por las semajanzas en la historia con los dos episodios televisivos antes mencionados. El escritor ganó el juicio y, además de la multa que la productora le tuvo que pagar, fueron obligados a poner su nombre en los créditos de posteriores reediciones de la película, así como en todas sus secuelas y derivados.
A fecha de hoy, “Terminator” cuenta con cinco secuelas, además de la serie de televisión “Las Crónicas de Sarah Connor” y varios videojuegos y cómics. Una franquicia bastante irregular, con títulos interesantes y otros muy malos, además de muchísimas contradicciones entre ellos.
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