1960 Spartacus (Espartaco) Stanley Kubrick
Desde que tuvo conocimiento de su rodaje, Kirk Douglas estuvo muy
interesado en protagonizar “Ben-Hur”, pero fue
finalmente Charlton Heston el seleccionado. Decepcionado, Douglas compra los
derechos de adaptación al cine de la novela de Howard Fast “Espartaco”, la cual
cuenta la historia del esclavo que lideró la llamada Tercera Guerra Servil, una
revuelta de esclavos que, aunque resultó en derrota para ellos, consiguió
plantar cara al Imperio Romano.
Douglas contrata a Anthony Mann como director y Dalton Trumbo para
desarrollar el guion, aún sabiendo la polémica que éste último podía generar y,
efectivamente, así fue. Trumbo formaba parte de “The Hollywood Ten”, una lista
negra de artistas a los que se les había relacionado con el comunismo y que el
macartismo hizo pública con el fin de que nadie los contratase. Muchos de estos
artistas estuvieron años trabajando a la sombra utilizando seudónimos, pero
Douglas insistió, a pesar de que la productora se oponía, en que el nombre de
Dalton Trumbo apareciera en los créditos de la película, un hecho que marcó el
principio del fin de la caza de brujas.
No fue la única vez que Kirk Douglas impuso su voluntad ante la poderosa
compañía productora. Tras una semana de rodaje, despide a Anthony Mann a causa
de las contínuas discusiones y desacuerdos entre ambos. Duglas propone a un
joven director con el que ya había trabajado en “Senderos De Gloria”: Stanley
Kubrick. La productora se niega en rotundo por pensar que “Espartaco” es un
proyecto demasiado ambicioso como para que lo dirija un director novel, pero acaban
cediendo ante la insistencia del actor, quien fue uno de los principales
responsables en lanzar la carrera de uno de los directores más importantes de
la historia del cine. Algunas escenas rodadas por Mann fueron utilizadas en la
película, aunque su nombre no apareció en los créditos.
Aunque es cierto que Kubrick no tuvo mucha libertad creativa, tal vez esa falta de experiencia es la que convierte a “Espartaco” en la película más original del género péplum ambientado en la Grecia o Roma clásicas, un género muy de moda en los ’50 e inicios de los ’60 y del que, en mi opinión, “Espartaco” es la mejor película con mucha diferencia. Reflejando esta época histórica con un mayor realismo, muy alejado del encanto con el que se ve en la mayoría de títulos del género.
En 1991, se comenzó a restaurar “Espartaco”, pero el resultado no estaba siendo el deseado, con secuencias que no respetaban los colores originales. Steven Spielberg se encargó de financiar una correcta restauración, logrando que los restauradores contactaran con Stanley Kubrick (a pesar de que había renegado de la película). En la restauración, se añadieron varias escenas eliminadas, la mayoría por su contenido violento o polémico. Pero la escena recuperada más llamativa es aquella en la que Craso (Laurence Olivier) habla con su esclavo (Tony Curtis) mientras éste le da un baño, una escena cargada de homoerotismo en la que afirma que le gusta tanto “comer ostras” como “comer caracoles” mientras se le insinúa sexualmente a su esclavo. No es muy difícil comprender porqué la escena no pasó la censura. Puesto que sólo se recuperó la imagen de la escena, y no el sonido, Anthony Hopkins se encargó de doblar a Laurence Olivier.
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