1988 Hotaru No Haka (La Tumba De Las Luciérnagas) Isao Takahata

El escritor Akiyuki Nosaka publica en 1967 “La Tumba De Las Luciérnagas”, un relato corto y parcialmente autobiográfico, basado en su experiencia durante la II Guerra Mundial. Un relato que no tarda en volverse muy popular en Japón, ganando varios premios literarios.

Nosaka contaba que fueron muchas las veces en que le propusieron adaptar su relato al cine, pero éste nunca aceptaba por pensar que sería muy difícil encontrar a dos actores niños que resultaran creíbles en sus papeles, además de que sería crueldad infantil someterlos al gran cambio físico que los papeles exigían. El escritor se sorprende mucho cuando, a mediados de los ’80, recibe una oferta de los Estudios Ghibli para realizar una versión animada. Al principio, se muestra reacio pensando que van a convertir su dramática historia en un cuento infantil, pero tras reunirse con Isao Takahata, quien le explica su idea y un primer boceto de guion, el proyecto comienza a tomar forma.

Takahata explicaba que lo que más le atrajo de “La Tumba De Las Luciérnagas” es que, al contrario que la mayoría de cine bélico, nos muestra los horrores de la guerra desde el punto de vista de unos niños, en lugar de unos soldados. Niños que, a pesar del horror que están viviendo, son capaces de encontrar momentos de diversión y risas en medio de tanta tragedia y hambre.

Aunque creada por los mismos estudios, “La Tumba De Las Luciérnagas” es todo lo contrario al cine de Hayao Miyazaki: una crudísima historia, para nada infantil, en donde la esperanza y la fantasía no tienen lugar. Una auténtica obra maestra del cine de animación, multipremiada en varios países, y una de las películas más tristes que se han rodado nunca. Pero, sin duda alguna, un título absolutamente imprescindible en la historia del cine.

Como ya conté al hablar de “Mi Vecino Totoro” del citado Miyazaki, ambas películas se estrenaron el mismo día, con la intención de demostrar que, aunque las dos están ambientadas en el Japón de la II Guerra Mundial, los Estudios Ghibli eran capaces de contar historias muy distintas y no estancarse en un solo tipo de cine.

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