1927 The Lodger: A Story Of The London Fog (El Enemigo De Las Rubias) Alfred Hitchcock

El principal reclamo de “The Lodger” el día de su estreno era la participación del actor, escritor y músico Ivor Novello, toda una celeberidad en el Londres de los años ’20. Pero si la película ha pasado a la historia del cine y sigue siendo muy reivindicada hoy en día es por ser la primera gran obra maestra de un director cuya filmografía está plagada de ellas: Alfred Hitchcock.

Hitchcock, alumno aventajado del gran F.W. Murnau, ya había demostrado en sus primeros títulos (desgraciadamente, no todos se conservan) dominar la forma de contar historias en la época del cine mudo, sin nada que envidiar de los grandes directores de este periodo. Pero la importancia de “El Enemigo De Las Rubias” (estúpido título que se le puso en España) está en ser la primera en que vemos por primera vez algunas de las características recurrentes de su cine, la trama en sí, Hitchcock la contaría en varias ocasiones más: un hombre, acusado de un crimen que no ha cometido, obligado a huir al mismo tiempo que demostrar su inocencia. Está considerada, por lo tanto, como la primera película hitchcockiana, además, la gran influencia que tiene el cine expresionista alemán en ella la hace mucho más interesante.

Basada en la novela “The Lodger” de Marie Belloc Lowndes, y en la obra de teatro que la misma escritora adaptaría y que, a su vez, se basó en el caso de los crímenes de Jack el Destripador. Sumando una más a la larga lista de películas que se han rodado a lo largo de toda la historia del cine sobre los asesinatos sin resolver del barrio londinense Whitechapel a finales del siglo XIX.

La película incluye, además, el primer cameo de Hitchcock en sus películas. El director contaba que lo hizo porque el actor no apareció el día del rodaje y decidió hacerlo él mismo, la idea le pareció graciosa y se acabó convirtiendo en algo habitual en su cine, como una especie de firma personal.

Una prueba de la originalidad de Hitchcock y su dominio del cine mudo la encontramos en la escena más recordada y aclamada de la película: ¿cómo explicar, sin sonidos ni textos, que se escuchan pasos en el piso de arriba? Hitchcok grabó a los personajes mirando al techo que, de momento, se vuelve invisible (grabado desde abajo en un suelo de cristal) y se ve al inquilino caminando por él.

A falta de tráiler, os dejo con este realizado por un estudiante de cine.


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