1923 The Ten Commandments (Los Diez Mandamientos) Cecil B. DeMille
Tras casi diez años haciendo cine, Cecil B. DeMille se había convertido en
uno de los grandes directores de cine norteamericanos. Sus películas siempre
eran muy esperadas y solicitadas, hasta el punto de que, en 1923, se organiza
un concurso para que el público eligiese cuál sería su próxima película, siendo
“Los Diez Mandamientos” la elegida.
Inicia así el género cinematográfico que adapta pasajes bíblicos, un subgénero
que ha tenido sus momentos gloriosos y otros no tanto a lo largo de estos 100
años. Aunque no fue la primera vez que la Biblia se adaptaba al cine, “Los Diez
Mandamientos” marcó el estilo que seguirían las grandes superproducciones que
vendrían después, con unos inmensos decorados y vestuarios nunca antes vistos.
“Los Diez Mandamientos” se divide en dos partes: el prólogo, en el que se
cuenta la historia de Moisés, y una segunda parte ambientada en la actualidad
de los años ’20 que cuenta, mediante la historia de dos hermanos, la presencia
de los mandamientos en la sociedad moderna. Pero, sin duda, fue la primera
parte la que marcó un antes y un después en la historia del cine.
En 1956, el propio DeMille rodó el famoso remake protagonizado por Charlton Heston, mucho más conocido que esta versión original. Este remake se centra sólo en la primera parte de la película. A pesar de que esta segunda versión está considerada como un hito en los efectos visuales, muchos críticos consideran que los de esta versión original no tienen nada que envidiar, e incluso son mejores. Unos efectos que siguen sorprendiendo 100 años después, especialmente en la famosa escena en que Moisés abre las aguas.
A falta de tráiler, os dejo con este pequeño video hablando acerca de la importancia de la película.
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