El arquitecto del Rock



Paul McCartney siempre ha hablado de Little Richard como una de sus mayores influencias cunado comenzó a componer sus primeras canciones para The Beatles. Richard tenía un estilo muy particular a la hora de componer, mientras que la estructura normal de una canción solía ser “Verso 1 - Estribillo - Verso 2 - Estribillo…”, él comenzaba sus canciones directamente con el estribillo, lo que les daba una fuerza que enganchaban al público desde el primer segundo. Decís McCartney que, al componer temas como “Can’t Buy Me Love”, estaba tratando de imitar ese estilo de uno de los músicos a quien más admiraba, además, siempre afirmó que la primera canción que interpretó en directo fue “Long Tall Sally”, un tema de Little Richard que se convirtió en un habitual de los primeros años de The Beatles, siempre con la voz de McCartney.
Nacido como Richard Wayne Penniman, sus primeras influencias musicales fueron la música góspel, su conservadora familia no admitía otros estilos como el jazz o el rhythm and blues. Pero a los 13 años de edad, su padre lo echa de casa por ser homosexual. Richard sobrevive como puede hasta que un matrimonio lo contrata para tocar en su local, en el que trabajó varios años perfeccionando su estilo y creando sus primeras composiciones.
Con Little Richard se nos va el último de los primeros genios que crearon el rock and roll. Su nombre está a la altura de otros grandes de la época como Chuck Berry, Buddy Holly, Elvis Presley, Carl Perkins o Gene Vincent, por nombrar sólo algunos. Su legado abarca una larga lista de clásicos de la historia del rock cientos de veces versioneados. “Tutti Frutti”, “Long Tall Sally”, “Keep A Knockin’”, “Good Golly, Miss Molly”, “Kansas City” o “Lucille” son sólo algunos de los imprescindibles del rock clásico de los ’50.
Richard fue uno de los primeros artistas en declararse abiertamente homosexual, algo que, durante más de 60 años, nunca ocultó, todo lo contrario, se sentía orgulloso de eso. Curiosamente, nunca he escuchado a ningún tipo de colectivo gay defender la importancia de la figura que tuvo Little Richard en la lucha por sus derechos. Por otro lado, me alegro de que así sea, ya que lo más probable es que sólo sería conocido por mucha gente por eso, y no por su enorme talento y por su importancia dentro de la historia de la música moderna.
Cualquiera de los temas antes mencionados sería perfecto para recordar su figura. Pero he preferido dejar de lado los clásicos y utilizar algo más desconocido. Extraído de un disco tributo a la banda sonora del musical “West Side Story” publicado en 1996, este “I Feel Pretty” (tema que, en la película, cantaba Natalie Wood) siempre me ha parecido muy divertido y una excelente muestra de cómo Little Richard asumía y bromeaba con su sexualidad.

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