1999 American Beauty (American Beauty) Sam Mendes

El autor Alan Ball comienza a escribir “American Beauty” a principios de los ’90, su idea es crear una obra de teatro dramática, pero pronto descubre que su historia no funcionará en teatros y decide aparcarla. Tras años trabajando como guionista en televisión, especialmente en telecomedias, a finales de la década rescata su guion y lo reescribe aportándole mucho humor negro y convirtiéndolo en una sátira de la sociedad norteamericana.

Sam Mendes debuta a lo grande como director con esta magnífica visión cínica acerca de la importancia que se da en la sociedad a las “buenas costumbres”, el dinero, lo material, y el aparentar delante de los demás. En “American Beauty” no hay héroes ni villanos, sólo personajes muy humanos que se dejan llevar por sus instintos provocando el rechazo de los demás en una sociedad que no ve con buenos ojos este tipo de libertad.

Un magnífico reparto encabezado por dos grandes actores: Kevin Spacey y Annette Bening. Aunque la productora no quería a Spacey en principio por no considerarlo un actor muy conocido, pero Mendes insistió y acabaron cediendo, hoy cuesta mucho imaginar la película con otro actor.

“American Beauty” ha sido objeto de estudio de muchos filósofos y psicólogos llegándola a describir como un ejemplo de lo que es “el sentido de la vida” y las consecuencias de llevar una vida que no nos permite hacer los que queremos. Mendes la describía como una historia de personajes que están encerrados en una especie de celda que les prohíbe demostrar sus sentimientos, hasta que por fin son liberados escandalizando a todos, especialmente, en el ámbito sexual, donde sin duda existen más tabús y prohibiciones.

Fue la película más aclamada por la crítica de 1999, consiguiendo cinco premios Óscar, cuatro de ellos considerados de los más importantes: película, director, guion original y actor. Steven Spielberg la definió como la mejor película que sus estudios, Dreamworks, habían producido nunca.

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