1988 Akira (Akira) Katsuhiro Otomo
Publicado por capítulos desde principios de los ’80, el manga “Akira” de Katsuhiro
Otomo no tardó en convertirse en todo un éxito de ventas en Japón. Se le
propone al autor adaptar su manga al cine, pero éste decide que es mejor
esperar a completar la historia. Pero, más tarde, Otomo confesó que estaba
bloqueado y no sabía cómo la iba acabar, por lo que decide rodar la película
para, más tarde, volver a meterse de lleno en su manga. Es por esto que la
historia de la película, especialmente su final, difiere bastante del cómic en
el que está basada.
Entre sus
condiciones, exige que él mismo se encargará de la realización, con total
libertad en cuanto a su historia, y con una animación que resultara novedosa y
original a la habitual en el anime tradicional. Normalmente, este tipo de
animación se abarata usando técnicas como escenas fijas en la que lo que se
mueve es la cámara, no la imagen, o caras de personajes en lo que lo único que
se mueve son sus labios. En “Akira”, en cambio, se utilizó la técnica de la
animación occidental de grabar antes las voces de los personajes para que los
movimientos de labios y expresiones fuesen más realistas.
Otomo fue tan
exigente con todos los detalles que el proceso de animación se encareció
muchísimo más de lo esperado. Hubo que recurrir a varias productoras para poder
sacar adelante el proyecto, convirtiéndose en su momento en la película más
cara de la historia el cine de animación y del cine japonés.
Con su historia de
ciencia ficción apocalíptica, “Akira” se convirtió en toda una cinta de culto,
no sólo en su país, sino especialmente en occidente, donde el público descubrió
que el anime japonés era un género muy a tener en cuenta, mucho más que simples
películas para niños.
Dos años
después, en 1990, Otomo publica por fin el último episodio de “Akira”, éste
confesó que la inspiración para el final le vino durante una conversación con
el escritor y director de cine Alejandro Jodorowsky.
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