La Odisea de Uderzo

Para mí, es inevitable pensar en Astérix y que una sonrisa no aparezca en mi rostro. Los cómics protagonizados por esta aldea de galos que se resisten a ser invadidos por Julio César durante la conquista romana, además de haberme hecho pasar grandes y muy divertidos momentos desde que tengo uso de razón, los considero un pilar clave en mi educación y formación como persona.

Siempre he dicho que yo aprendí a leer gracias a Astérix. Con esta frase no quiero quitarle mérito a mis maestros de niño, por supuesto que no, a lo que me refiero es que Astérix fue el primero que hizo que me interesara por la lectura. Siendo muy pequeño, mis padres me reglaron el cómic “La Residencia De Los Dioses”, ni siquiera sabía leer todavía cuando lo hicieron, pero las viñetas de Albert Uderzo me llamaban mucho la atención. Al mismo tiempo que iba aprendiendo la forma y el sonido de las letras, iba leyendo poco a poco los textos de dichas viñetas y entendiendo qué decían los personajes. Hasta que fui comprendiendo la historia e incluso casi aprendiéndome de memoria sus 48 páginas. Esta imagen fue su primera portada en España, la misma del cómic que aún conservo, aunque en no tan buenas condiciones.

Otro recuerdo que tengo de mi infancia es que, en aquellos días, mis tíos Inma y Aurelio vivían en Elda y, cada vez que íbamos a su casa, aprovechaba la ocasión para leer “Astérix Gladiador”, cómic que mi primo Raúl tenía en su habitación y el cual cuidaba como un tesoro. Para mí, poder acceder a un segundo cómic era como probar el jamón después de un mes comiendo verdura.

Más grandecito, me regalan un segundo cómic, “Astérix En La India”, y tiempo después, la colección completa se publica por fascículos por primera vez en España, colección que, entre mi hermana Montse y yo nos compramos completa. También gracias a Juan, dueño de la Papelería Pinoso (todo pinosero conoce a este hombre que tanto ha hecho por nuestra cultura), quien nos la encargaba personalmente, ya que nadie más en todo el pueblo la compró.

Pero con Astérix no sólo aprendí a leer, aprendí mucho de historia, de geografía, de diferentes costumbres en diferentes ciudades o países, e incluso palabras y expresiones en latín. A día de hoy, aún me sorprendo a veces descubriendo que muchas cuestiones de cultura general las conozco gracias a Astérix. Tal vez no me ha servido de mucho excepto para jugar al trivial o ver “Saber Y Ganar”, pero así es…

Ayer nos dejaba el responsable de la imagen y estética de estos grandes personajes. Curiosamente, Uderzo nació siendo daltónico y con dos dedos extra, pero tras extirpárselos, su vista mejoró hasta casi perder su daltonismo. Junto al guionista René Goscinny, crean en 1959 a Astérix, Obélix y el resto de galos y romanos de los cómics. Publican juntos un total de magníficos 24 álbumes, el último de ellos, “Astérix En Bélgica”, fue acabado por Uderzo en solitario tras la muerte de Goscinny en 1977.

Pero lejos de dejar huérfano a sus personajes, Uderzo se encargó de continuar sus historias encargándose él solo de los guiones y los dibujos, con resultados a veces no tan buenos y otros a la altura del dúo de autores, como es el caso de “La Odisea De Astérix”, en mi opinión, el mejor de sus cómics en solitario. Aún recuerdo, porque la tenía grabada en VHS y la vi varias veces, su entrevista en el mejor programa de entrevistas que ha habido nunca en España: “Lo + Plus”, en la cual conocí al hombre detrás del autor.

En 2013, Uderzo se jubilaba cediendo sus personajes a un nuevo par de autores que, a día de hoy, ya han publicado cuatro álbumes, de los cuales sólo he leído el primero y me sorprendió gratamente. Prometo ponerme al día pronto con los otros tres, uno de ellos, “Astérix En Italia”, de dudosa actualidad por la aparición de un personaje llamado Coronavirus, causando un placer orgásmico a los conspiracionistas.

Sus 14 adaptaciones al cine también han tenido sus altibajos, algunas películas bastante malas, especialmente las cuatro infumables protagonizadas por actores reales, y otras magníficas como “Astérix Y Cleopatra” o la muy destacable “Las 12 Pruebas De Astérix”, la única de todas en la que Goscinny y Uderzo crearon una historia original para una película, sin basarse en ninguno de los cómics ya publicados.


Goscinny y Uderzo crearon un gran legado con Astérix, pero eran conscientes de que su obra es inmortal y ellos no, y consiguieron que sus personajes no quedaran huérfanos ni, por supuesto, olvidados, eso nunca…

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