1968 Rosemary’s Baby (La Semilla Del Diablo) Roman Polanski

Todo un clásico del cine de terror cuya historia no es ni la mitad de terrorífica que la historia alrededor de su rodaje.

A finales de los ’60, con la decadencia de la cultura hippie, comienzan a surgir en Estados Unidos varias sectas y agrupaciones adoradoras del diablo, cuyo mayor representante fue Charles Manson. Cuando Roman Polanski se interesa en adaptar al cine la novela escrita un año antes por Ira Levin, piensa que es una gran oportunidad para burlarse de todos estos rituales satánicos.

Para ello, decide rodarla en el mítico edificio Dakota de Nueva York, un edificio que tenía fama de ser centro de reunión de estos rituales y que, en 1980, se convirtió mucho más en un punto clave para los morbosos por ser el lugar donde John Lennon vivió sus últimos días y donde fue asesinado.

Esto causa que, tras el estreno, Polanski comience a recibir amenazas de muerte por representantes de estas sectas satánicas convirtiéndose en su enemigo público, lo que culmina con los terribles sucesos del 9 de agosto de 1969, cuando la “Familia Manson” entra en casa de Polanski y asesina brutalmente a varios de sus amigos y a su embarazada esposa Sharon Tate.

La degradación que muestra la actriz Mia Farrow en la película no es sólo maquillaje. Farrow estaba pasando una gran depresión durante el rodaje que la hizo adelgazar varios kilos e incluso a perder parte de su cabello. Debido, sobre todo, a que se encontraba en pleno divorcio de Frank Sinatra de quien se dice que la maltrataba psicológicamente y la acosaba celosamente en el set de rodaje.

A Polanski nunca le ha gustado la brevísima escena en la que aparece el bebé al final. Él pensaba que sería más terrorífico no mostrarlo y que el espectador se lo imaginara. Los productores le convencieron de lo contrario, pero, tras ver la película en su estreno, se arrepintió de haberla incluido. Una idea con la que coincido: la imagen que el público pueda crear en su mente siempre será mucho más terrorífica.

Dejando de lado todo lo relacionado con el rodaje, estamos, sin duda, ante todo un clásico del cine de terror y una gran influencia en posteriores directores del género. No puedo acabar sin dejar de mencionar la maravillosa y a la vez inquietante banda sonora de Krzysztof Komeda, destacando el tema principal, interpretado por la propia Mia Farrow.


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